El simple hecho de ser alumbrados por nuestras madres nos hace «naturales» del suelo del lugar. Llegamos equipados con derechos naturales, inalienables y nunca enajenables, a disfrutar de amor, sustento, cobijo y dignidad.
Nuestra primera posesión es un apelativo propio al que añaden el linaje de nuestros padres.
Al informar «oficialmente» sobre el evento en el Registro Civil, el funcionario escribe nuestro apelativo y linaje en un estilo diferente, EN MAYÚSCULAS. Así nace via CERTIFICADO DE NACIMIENTO una ficción legal que suena igual -idem sonans- que nuestro apelativo y linaje original.
Las corporaciones, suplantando al gobierno de Pueblo, precisan de otras corporaciones para interactuar en comercio, de ahí que «presuman y asuman» que dicha ENTIDAD FICTICIA es lo mismo que un hombre, mujer o niño que son en realidad almas encarnadas en un cuerpo físico de carne, huesos y sangre. Si no corriges el error, seguirán presumiendo y asumiendo que una corporación privada es lo mismo que un ser vivo.
Conclusión:
- Seguimos siendo «natural del lugar» donde fuimos alumbrados sobre la Tierra y seguimos teniendo derechos naturales inalienables.
- En el Registro Civil se ha creado «un doble» con nuestro apelativo convirtiéndonos ilegítimamente en entidad artificial comercial, «CIUDADANO DEL ESTADO», situada en la Jurisdicción del mar.
- Quien «registra» al bebé firma con el Estado/ESTADO un contrato fraudulento y abusivo, al hacerse sin divulgación total, que «convierte al bebé» en esclavo económico y colateral de la deuda pública, a cambio de «ciertos beneficios». Estudia este video en profundidad: